Una empresa de Río Cuarto investiga junto a CONICET para ponerle fin a la Chicharrita

La empresa de Río Cuarto Seed Matriz, reconocida en el país y en los Estados Unidos por la novedosa técnica del encapsulado de semillas de maíz, y otras tantas, y la investigadora María Inés Cattalano, de CEBIO-CONICET, investigan distintas aristas de la chicharrita que causa susto hasta nombrarla en las épocas de siembra de maíz.

La Dra. Catalano investiga chicharritas, entre ellas  a Dalbulus Maidis, desde hace unos 20 año. Como todo en nuestro país, y hasta seguramente (no nos consta) con un tisbo de soberbia, nadie le prestaba atención y hasta le llegaron a decir: ¿para qué estudiás esto María Inés?…  Sin dudas, si no fuese por la curiosidad o la pasión por investigar y ejercer la profesión hoy la Argentina no tendría especialistas en Spiroplasma. Por ello: “Gracias Doc”.

Por parte de Seed Matriz, el Ingeniero Lael Frezzini, dijo a Valor Agregado Agro que desde la empresa se vienen realizando distintos trabajos, entre ellos con la Universidad Nacional de Río Cuarto, en la misma empresa en un laboratorio propio, a campo,  para descubrir cuál es el comportamiento  de Dalbulus en al maíz. “Estudiamos distintos insecticidas, aplicaciones, comportamientos, etc.”, aseguró.

Escuchá la nota con la Dra. María Inés Catalano y el Ingeniero Lael Frezzini

En tanto, la Dra. Catalano explicó  que: “ todas las chicharritas tienen un aparato bucal que a mi gusto es maravilloso. Cuentan  estiletes o lo que yo digo dos agujas, por una de esas agujas vierte saliva y por la otra toma el alimento”. A su vez agregó que : “ si esta chicharrita va y pica una planta que está enferma, la misma come desde el floema, vendría a ser como la sangre de la planta, la vena aorta de los humanos. Si  la planta está enferma por ahí va la bacteria, entonces la chicharrita se lleva por uno de estos canales, pasa por el canal alimenticio, se lleva la bacteria, la bacteria pasa el sistema digestivo, llega a la hemolinfa, a la sangre de la chicharrita y de ahí a las glándulas salivales”.

Luego, detalló que esas bacterias se replicaron en la chicharrita, invadieron las glándulas salivales de la misma y  cuando el insecto va a comer de una planta sana, primero vierte saliva y con esta última contagia la planta sana.

Entre las investigaciones que realiza Catalano, señaló que en el laboratorio le colocan un filamento milimétrico de oro al insecto. “Se lo pegamos a la chicharrita, pero eso tiene mucha conductividad, entonces hacemos un circuito eléctrico que nos lo toma un equipo y nos devuelve en la computadora una onda como si fuese un electrocardiograma”, aseguró. A su vez añadió que de esa onda pueden  evaluar el comportamiento alimenticio de la chicharrita,  si está comiendo, en dónde está comiendo, cómo y con qué ganas.

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