Maní, un cultivo que «no te deja a pata»

En diálogo con Valor Agregado Agro, el ingeniero agrónomo Gustavo Rinaudo, con 34 años de experiencia en el manejo del cultivo de maní, compartió su análisis sobre el panorama actual del cultivo en la región. Con condiciones iniciales favorables, Rinaudo se mostró optimista sobre la campaña en curso.

“De acuerdo a lo que estoy recorriendo en la zona, es un muy buen maní. Si esto sigue así, creo que estamos frente a una gran cosecha. Hay que ver si tenemos buena humedad de suelo para pasar bien enero y esperar cómo se comportan las lluvias”, comentó el especialista.

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Sin embargo, subrayó la importancia de los próximos 20 días, especialmente ante el pronóstico de un golpe de calor. “Con esta humedad de suelo y las temperaturas actuales, creo que el maní se va a poner todavía más lindo. Pero enero es clave para definir rendimientos”, afirmó.

El maní: un cultivo estratégico para las rotaciones
Rinaudo destacó la relevancia del maní como parte de las rotaciones agrícolas, especialmente en zonas como el sudeste de Córdoba, el suroeste de Santa Fe y La Pampa, donde el cultivo ha ido ganando protagonismo. “Es un cultivo que nunca te deja a pata. Responde incluso en situaciones de sequía, pero es importante no abusar de él y manejarlo dentro de rotaciones largas para maximizar su rentabilidad y sostenibilidad”, señaló.

El ingeniero agrónomo también destacó que cada vez más productores están adoptando el maní como parte de sus sistemas productivos. “Hay mucha gente que está empezando a querer hacerlo. Es un cultivo que puede aumentar la rentabilidad del campo, y por su capacidad de adaptarse a distintas condiciones, es una gran opción para integrar en las rotaciones”, explicó.

Enero y febrero: meses decisivos
El especialista hizo hincapié en la importancia de enero para la definición de los rendimientos y de febrero para proyectar el potencial de la cosecha. “En enero se define todo. Es un mes clave para el maní, y en febrero ya se puede empezar a estimar cómo será la cosecha”, remarcó.

Con un panorama que combina condiciones favorables y desafíos climáticos por delante, el maní se posiciona como un cultivo estratégico y resiliente en los sistemas agrícolas de la región. “Es un cultivo que uno lleva en la sangre. Después de tantos años, uno sabe hasta dónde puede responder, y en esta campaña, si las condiciones acompañan, el maní promete resultados excelentes”, concluyó Rinaudo.