El regreso de Trump: incertidumbre y oportunidades para el agro argentino

El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado un clima de incertidumbre en los mercados agropecuarios a nivel global, y Argentina no es la excepción. Según Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, la asunción de Trump generó temor inicial por una posible guerra comercial: «La asunción de Trump en Estados Unidos con su discurso inaugural fue bastante amigable para los mercados agropecuarios, en el sentido que el gran temor era entrar en una guerra de tarifa fuerte contra China, México, Canadá… y que eso podría desatar una guerra comercial».

Este temor inicial se debía a la posibilidad de que Trump impusiera aranceles elevados a las importaciones de productos agropecuarios, lo cual podría desencadenar represalias de otros países y una guerra comercial que afectaría los precios de los commodities. No obstante, el discurso inaugural de Trump no abordó explícitamente esta cuestión, lo que generó un respiro inicial en los mercados. Sin embargo, poco tiempo después, Trump anunció aranceles del 10% adicionales para China y su intención de que se cumpla el acuerdo de fase uno, negociado durante su mandato inicial, lo que reavivó las tensiones comerciales.

Romano explico que «la balanza y los compromisos que China había tomado en ese acuerdo fase uno están lejos de cumplirse, con lo cual se avivó el fuego nuevamente y ahí estamos».

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Impacto en Argentina: Si bien la posibilidad de una guerra comercial con China es un factor de preocupación, el análisis de Romano sugiere que no necesariamente tendría un impacto negativo para el productor argentino. Durante la anterior guerra comercial en el mandato de Trump, aunque los precios de Chicago cayeron, las primas de exportación argentinas subieron, lo que amortiguó el efecto para el productor local.
«Recordemos que en la guerra comercial anterior, en su mandato anterior, si bien los aranceles de la importación de productos agropecuarios terminaron generando represalias de parte de China, una guerra comercial donde los precios de Chicago cayeron fuertemente, las primas de exportación argentina subieron y para el productor argentino finalmente esto no tuvo mucho impacto», dijo el analista.

Política Energética y Biocombustibles: La política energética de Trump también genera incertidumbre en el sector agropecuario. Su enfoque en acelerar la extracción de gas y petróleo mediante fracking podría llevar a una baja en los precios de la energía, lo cual impactaría negativamente en los granos utilizados para biocombustibles. Según Romano: «Esto se espera que lleve para abajo los precios de la energía, lo cual sería negativo para los granos que tienen el uso para biocombustible, un impacto directo por la caída de precio del petróleo convencional, de la energía convencional».

Sin embargo, existe el interrogante sobre si Trump mantendrá las políticas de apoyo a los biocombustibles que existían en su gobierno anterior, así como las que se incrementaron durante la administración de Biden, como la introducción del biodiésel hidrogenado. Esta tecnología, que permite la producción de biodiésel a partir de diversos productos oleaginosos (como grasas animales y aceites usados), ha llevado a un aumento en las importaciones de estos productos, incluso desde China. La posible restricción de estas importaciones podría aumentar la demanda de aceite de soja y ser positivo para el mercado argentino.

«Pero la pregunta es, viendo a través de sus propias palabras que Estados Unidos saldrá del acuerdo de París, si va a continuar con estas políticas de apoyo hacia los biocombustibles o no… Eso podría incrementar el uso de aceite de soja y terminar siendo positivo», remarcó.

Otros Factores: También se debe considerar el posible fortalecimiento del dólar bajo la gestión de Trump, lo cual podría resultar negativo para los precios de los commodities en general, incluyendo los del agro.

En resumen, la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos genera un escenario de incertidumbre y potenciales oportunidades para el agro argentino. La evolución de las políticas comerciales, energéticas y de biocombustibles será clave para determinar el impacto real en el sector.