En el marco del Congreso A Puro Girasol organizado por Advanta Semillas, el ingeniero agrónomo Alberto “ Beto” Quiroga, técnico jubilado del INTA Anguil (La Pampa), brindó una charla clave sobre la fisiología del cultivo, el aprovechamiento del agua y el rol estratégico del girasol en los sistemas mixtos.
Según explicó el gran “Beto Quiroga : “El girasol tiene raíces profundas, puede explorar fácilmente hasta dos metros y medio de suelo. Algunos estudios hablan de hasta tres metros”, explicó Quiroga a Valor Agregado Agro. Y agregó: “Esto lo diferencia de otros cultivos de verano, porque accede a reservas de agua en profundidad que normalmente no se miden”.
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Según el especialista, la medición convencional de humedad se hace en el primer metro de suelo, pero las reservas más importantes para el girasol pueden estar más abajo. “Con un barreno podemos muestrear hasta tres metros y así estimar el agua útil en cada metro. Lo ideal sería sembrar con 120 a 150 milímetros de agua útil almacenada. Si a eso le sumamos las lluvias del ciclo, que en general aportan entre 300 y 350 mm, llegamos al requerimiento total de unos 450 mm para lograr buenos rendimientos”.
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El punto clave, para Quiroga, es mejorar las probabilidades productivas: “Lluvias por encima de los 400 mm en el ciclo del girasol ocurren tres de cada diez años. Pero si arrancás con 150 mm guardados en el perfil, necesitás que lluevan solo 300 mm. Y eso tiene una probabilidad del 80%. O sea, podés tener ocho buenos años de girasol de cada diez si el lote está bien preparado”.
-Beto: ¿El girasol es de año seco?
“Depende de dónde esté el agua”. Un año seco para una soja de raíz superficial no es lo mismo que para un girasol con raíz profunda. Puede haber sequía en el primer metro, pero si hay humedad más abajo, el girasol la aprovecha. Por eso aguanta más”.
Córdoba y San Luis vuelven a ser girasoleras
La conversación también giró hacia el oeste de Córdoba y noreste de San Luis, donde el girasol ha vuelto con fuerza. “De Huinca Renancó a Vicuña Mackenna, de Washington al oeste, y en lugares como Buena Esperanza, el girasol fue históricamente fuerte. El problema fue la paloma, pero ahora vuelve a ganar terreno porque en esas zonas hay napas profundas que el girasol puede alcanzar, y otros cultivos no”, remarcó.
Rol en la rotación y en los sistemas mixtos
“El girasol entrega el lote a fines de febrero o principios de marzo. Eso permite meter un verdeo de invierno o planificar cereales invernales. En sistemas mixtos, es una herramienta muy estratégica”, dijo Quiroga. Además, destacó que “para el productor es valioso porque tiene un producto comercializable temprano”.
Un rompedor de suelos, pero necesita ayuda
Consultado sobre su rol en la estructura del suelo, sostuvo: “Sí, es un buen rompedor de suelo por su raíz pivotante. Pero cuidado, porque es también uno de los cultivos más sensibles a la compactación. Si hay un piso duro, le cuesta perforarlo”.
El girasol, para Quiroga, no solo es un cultivo valioso por su rusticidad y adaptabilidad, sino también por su contribución a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas: “En zonas con napa profunda o en ambientes más marginales, es una opción con muchas ventajas si se lo planifica bien desde el arranque”, concluyó.