En pleno corazón agrícola de los Estados Unidos, dos startups de Río Cuarto están poniendo a prueba sus tecnologías en condiciones reales de producción. Se trata de Seed Matriz y Ceres Demeter, que a través de un convenio con la empresa IsoSeed, liderada por el argentino Juan Martiren, están validando sus desarrollos en campos del Midwest.
Martiren, argentino, fundador de IsoSeed y radicado desde hace cinco años en EE.UU., explica: “Fundé IsoSeed para brindar servicios de investigación y desarrollo a empresas semilleras, de químicos y biológicos. Hacemos breeding, generación de híbridos, testing de materiales, y trabajamos con empresas tanto americanas como argentinas”. La empresa tiene base en Lafayette, Indiana, y opera también en Kentucky, Illinois, Ohio y Michigan.
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Entre los ensayos actuales se destaca uno que involucra a Seed Matriz y Ceres Demeter. “Estamos probando tres tratamientos en maíz: un control, uno con el producto biológico de Ceres Demeter, y otro que combina ese biológico con el encapsulado de Seed Matriz”, detalla Martiren. Los ensayos se realizan en dos localidades, incluyendo parcelas en campos de productores reales, y se evalúan variables clave como emergencia, vigor, uniformidad del cultivo, distanciamiento entre plantas y, por supuesto, rendimiento a cosecha.
La evaluación también contempla aspectos estructurales del cultivo: “Antes de cosecha tomamos datos sobre vuelco, quebrado, y verificamos que ninguno de los tratamientos tenga efectos negativos”, comenta el fundador de IsoSeed. “El manejo agronómico es estándar, como el que haría cualquier productor. Eso nos permite tener resultados realistas y comparables”.

El vínculo con los productores locales, clave en este tipo de pruebas, se basa en la confianza. “El agro estadounidense es una industria muy conservadora, se basa mucho en las relaciones personales. Por eso, ayudar a empresas argentinas a insertarse acá implica no solo prestarles el servicio, sino también abrirles puertas y conectarlos con otros actores del ecosistema”, señala Martiren.
Más allá de los datos técnicos, para el emprendedor argentino hay un valor emocional y estratégico en ver tecnologías nacionales desarrollarse en el exterior: “Te sentís orgulloso al ver a coterráneos emprender y buscar un lugar en el mercado americano. Sé lo difícil que es entrar en este sistema, por eso trato de dar una mano más allá del negocio”.
Con este tipo de colaboraciones, empresas como Seed Matriz y Ceres Demeter no solo validan su tecnología en uno de los mercados agrícolas más exigentes del mundo, sino que también construyen puentes que amplían las oportunidades de internacionalización del agtech argentino.
Fernanda Bireni para Valor Agregado Agro








