El ingeniero Marcos Blanda, secretario de Agricultura, explicó en el Congreso que si bien está habilitada la compra de drones para uso productivo, su utilización efectiva en el campo depende del cumplimiento de estrictos requisitos técnicos, sanitarios y normativos tanto a nivel nacional como provincial.
“La compra del dron está habilitada, pero el tema después es el manejo”, explicó el ingeniero Marcos Blanda, secretario de Agricultura, durante su exposición en el Congreso. En un contexto donde la incorporación de nuevas tecnologías despierta entusiasmo, aclaró que operar un dron en actividades agrícolas requiere una serie de pasos obligatorios que no se pueden omitir.
A nivel nacional, intervienen organismos como la ANAC y el SENASA. En el caso de ANAC, el interesado debe primero cumplir con los exámenes médicos, obtener el carnet de piloto, contratar un seguro, registrar el equipo y obtener el SEBAC, una licencia que habilita formalmente a volar.
Por el lado del SENASA, también se exige que los productos fitosanitarios que se vayan a aplicar estén específicamente habilitados para uso con drones. “Hoy ya hay un producto habilitado con recomendación de uso, y se espera que las empresas sigan presentando más para su aprobación”, detalló.
Nota completa con Marcos Blanda
Sin embargo, aún persisten aspectos en proceso de definición. “Todavía falta que ANAC reglamente completamente la Resolución 319, que define, entre otras cosas, qué se considera zona rural, si se exige aviso previo y cuál será la condición del seguro, si obligatorio o voluntario”, explicó el funcionario.
Una vez que esa normativa nacional esté cerrada, cada provincia podrá ajustar su propio marco legal a estas disposiciones, integrando herramientas como la receta agronómica, el registro de equipos y operarios, y la capacitación específica. “ANAC habilita el vuelo, pero cada provincia debe encargarse de que se cumpla con la ley de fitosanitarios y con la correcta aplicación del producto”, afirmó.
El secretario fue enfático: “los drones son como cualquier otra herramienta: necesitan habilitaciones, operarios capacitados e inscripción. Si no se cumple con eso, puede ser clausurado.”
Finalmente, Blanda reconoció que se trata de una etapa de transición: “La tecnología muchas veces llega más rápido que la normativa, y por eso trabajamos en mesas conjuntas entre lo público y lo privado para avanzar lo antes posible con las reglamentaciones definitivas.”