La necesidad de regresar a las bases agronómicas resuena con fuerza en el sector agropecuario, especialmente en un contexto de constantes innovaciones y desafíos climáticos.
En el reciente Congreso de Aapresid, técnicos, expertos y productores coincidieron en que la clave para asegurar la sustentabilidad y rentabilidad del sistema productivo radica en la combinación de conocimiento, tecnología y una mirada atenta a las necesidades del suelo y los cultivos.
El evento, que reunió a referentes del sector público y privado, sirvió como un espacio de intercambio y análisis.
«Lo que la industria de hoy está demandando y lo que más está necesitando el productor es volver a hacer agronomía», señaló Horacio Guerra Orozco, Gerente de producto de Brevant.
El especialista, destacó la relevancia de estos encuentros “donde se junta la industria, el sector público y privado y agregó “…de acá es donde sale la información y donde se generan las relaciones que después se ven reflejadas en el campo».
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Para Guerra Orozco, hacer agronomía no es una variable única, sino un conjunto de prácticas integradas: «Tiene que ver con ponerle al sistema lo mejor que el sistema necesita en ese momento».
Además, mencionó la importancia de la fertilización, el uso de cultivos de servicio y el manejo integral de los cultivos, que incluye desde la elección de la fecha de siembra y el cultivar, hasta el control de plagas y enfermedades.
La región de Río Cuarto, corazón productivo del maíz en Argentina, es un claro ejemplo de la necesidad de este enfoque. «Hay cosas para mejorar, sin duda», sostuvo el especialista, y agregó que Brevant trabaja en el manejo de los cultivos combinando estrategias de siembra y fertilización. «Esto te permite tomar mejores decisiones», señaló Horacio.
Un ejemplo concreto de la aplicación de la agronomía en la región fue la lucha contra el Mal de Río Cuarto, una enfermedad que afecta a los cultivos de maíz. El Mal de Río Cuarto es una enfermedad transmitida por una plaga que se soluciona con manejo, y dentro del manejo está la genética, por supuesto, confirmó Guerra Orozco, y adelantó una importante novedad para el próximo ciclo: «el año que viene vamos a lanzar dos híbridos con la mayor tolerancia al Mal de Río Cuarto, que hoy todavía no están en ese mercado», reveló. El especialista explicó que esta innovación es el resultado de años de investigación y desarrollo.
También anunció el lanzamiento de un nuevo híbrido de maíz pensado para el centro-norte del país, así como la incorporación de cinco nuevas variedades de soja y dos nuevos girasoles. En este último caso, destacó que los nuevos híbridos tienen a mejor tolerancia a Phomopsis del mercado, sin dejar de lado el rendimiento en materia de grasa.
Los nuevos materiales, tanto de maíz como de girasol, están pensados para ser versátiles en las diferentes zonas productivas. «El productor necesita un híbrido que se adapte a temprano y a tardío, que levante los techos de rendimiento, que asegure los pisos y que se pueda sembrar en distintas zonas productivas», concluyó Guerra Orozco.








