Wall, el científico que salió del tupper para buscar biológicos a la par de los productores

Luis Wall, doctor en bioquímica de la Universidad de La Plata, investigador del CONICET, y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes. Doctor, participó de la Jornada a Campo de AGD en Estancia El Manantial de La Carlota.

Allí habló en exclusiva con Valor Agregado Agro, asegura que hace 15 años salió del tupper de su laboratorio y empezó a trabajar con productores agropecuarios buscando indicadores biológicos de manejo de suelo.

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Explicó que “la microbiología o la biología del suelo está dando respuestas sobre el sistema agrícola, que antes no estaban. Siempre marco un dato casi como de color, que es: en un gramo de suelo hay del orden de 10.000 millones de bacterias y 100, 200 metros de hongos. Eso está, y claramente está porque hace algo en el sistema. La microbiología es la responsable de transformar la materia en otra cosa, digamos, en más materia, o sea, es la que recircula la materia en el suelo, y es la responsable de la fertilidad de los suelos en los sistemas naturales. También es la responsable de la fertilidad de los suelos agrícolas”.

El problema no son los agroquímicos
Wall explico el modelo de manejo de los suelos que tiene la humanidad, “no es algo de la Argentina, es un manejo histórico de la humanidad, es usar al suelo como si fuera un soporte donde las plantas crecen y el suelo le provee a la planta los nutrientes en su forma química. Entonces, en ese modelo, la biología del suelo no aparece; el problema más grande, no son los agroquímicos y los fungicidas que le hacen daño a la biología del suelo, el mayor daño es ignorar la biología del suelo. Está mostrado que el sistema tiene mayor capacidad de captura de carbono y es más resiliente”..

Sobre la conectividad biológica que se observó en los sistemas naturales, dijo que vienen “observando en sistemas de agricultura regenerativa con mucha biología. Lo que ocurre es que esa conectividad se desconecta cuando uno le mete fertilización química, porque hace que el sistema funcione por otro lado. No es que uno destruye la microbiología. Lo que hace es que desconecta los sistemas”.

¿Cómo volvemos a los inicios para que esa red social biológica esté conectada?
Creo que si uno sigue manejando los sistemas con una sucesión de cultivos y cosecha, y cultivo y cosecha, uno sigue dependiendo de la fertilización y la re-fertilización. Porque el sistema, de alguna manera, es un proceso extractivo en la cosecha y uno tiene que reponer. Lo que ocurre es que hay dos maneras de reponer. Una es la reposición química, que está bien, funciona. El problema que tiene la reposición química es que tiene un costo ambiental muy grande. Porque la reposición química genera, sobre todo en la fertilización con urea, genera mucha emisión de gases de efecto invernadero. Entonces, hay un problema ahí de no sostenibilidad. No se trata de un problema de producción. Otro es la agroecología como modelo, con un insumo biológico. Y el mejor insumo biológico es, por ejemplo, una leguminosa que fija nitrógeno y que incorpora el nitrógeno biológico al suelo.